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Pero un día encontró un walkie-talkie y escuchó la voz de otro sobreviviente.
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Hasta que un día, el heredero del reino recibió una orden de Dios: ¡Cásate! ¡Ten un bebé! ¡Ten un bebé! ¡Ten un bebé!
Pero un día encontró un walkie-talkie y escuchó la voz de otro sobreviviente.
Hasta que un día, el heredero del reino recibió una orden de Dios: ¡Cásate! ¡Ten un bebé! ¡Ten un bebé! ¡Ten un bebé!